Real Zaragoza y Málaga se han visto las caras en la Romareda en un partido que no será recordado precisamente por las ocasiones de peligro o por el buen juego de alguno de los dos equipos.
El Málaga llegó a Zaragoza con la intención de acostarse en la noche del domingo líder de la primera división española pero no pudo marcar en la portería de un inspiradísimo Roberto que sin lugar a dudas fue el mejor de los suyos y salvó a su equipo en el último minuto con un remate a bocajarro de Sebas Fernández.
El conjunto de Pellegrini daba la sensación de ser un equipo grande, que sabe a lo que juega y que sin lugar a dudas esta temporada va a pelear por se una de las apuestas en el fútbol europeo. Solo hay que mirar la plantilla que tienen los malagueños y darnos cuenta de que será un equipo muy competitivo a lo largo de la temporada. Jugadores como Toulalan, Cazorla, Baptista o Rondón demuestran que la plantilla del Málaga es una de las más completas del campeonato liguero.
Por su parte, el equipo dirigido por Javier Aguirre no hizo un mal partido en su campo, pero demostró que le falta muchísima pegada. Me quedo con el buen partido que realizaron los dos extremos del conjunto maño, el mexicano Pablito Barrera (jugador cedido por el West Ham United) y Juan Carlos. Los dos bandas del Zaragoza volvieron locos a Sergio Sánchez y Eliseu, los dos jugadores encargados de intentar detenerles.
En definitiva, partido en el que se vio que el Málaga peleará por estar en los puestos de arriba de nuestra liga y que el Zaragoza no debería pasar apuros para mantener la categoría y seguir siendo, la temporada que viene, una de las apuestas en la Liga BBVA.
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